jueves, 12 de marzo de 2009

EL DESTINO MANIFIESTO DE AMERICA LATINA

Para los fines de mi argumento considero necesario dedicar un breve espacio dentro de este ensayo a la definición de la teoría del destino manifiesto, ajustado por los gobernantes norte americanos para su beneficio particular. El destino manifiesto es una filosofía nacional gringa de origen religioso, según la cual Dios eligió a Estados Unidos para ser potencia política y económica.

Con dicha ideología como estandarte los gobiernos estadounidenses han invadido, desterrado, y asolado arbitrariamente territorios que se encontraban fuera de sus dominios, desde el tiempo de las trece colonias hasta nuestros días, anexándolos a su lista de conquistas, so pretexto de “llevar a todos los rincones la luz de la democracia y la civilización”.azar de

El periodista estadounidense John L. O’ Sullivan fue quién bautizó la manía intervencionista de sus gobernantes con el nombre de Destino Manifiesto en 1845 cuando en un artículo en la revista Democratic Review de Nueva York ,argumentando la necesidad de Estados Unidos de expandir sus fronteras, escribió: “El cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos por todo el continente que nos ha sido asignado por la providencia para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno”, experimento del que hace más de 150 años nuestra nación viene siendo conejillo de indias.

En un principio, el destino manifiesto se oponía al uso de las armas y por ende de la violencia como recurso de intromisión en los asuntos internos de los demás países, pero desde 1840 se usó para justificarla bajo el lema de que son una nación fuerte que trabaja en pro de la protección de la más débil o que lucha contra el mal en defensa de la seguridad del mundo.

Es así como desde 1846 hasta 1848 libran un fuerte conflicto bélico con México terminando con la anexión de más de la mitad de su territorio, en abril de 2003 con el apoyo del Reino Unido y Otros países, bajo el gobierno de su actual mandatario George Bush, EU incursiona militarmente en Irak y derrota a Saddam Husayn argumentando que éste fabricaba y almacenaba armas de destrucción masiva (argumento que aunque pudiera ser cierto nunca ha sido probado) y si bien EU no ha irrumpido con la fuerza de las armas en Colombia, si ha venido trabajando psicológicamente a nuestra amada patria boba con el cuento desgastado de la lucha antiterrorista que nos ‘ayuda a librar’ contra las FARC.

Por lo tanto, ante la inminente intromisión de los Estados Unidos (entiéndase por EU a los burócratas que tienen el poder en el gobierno más que a sus ciudadanos) con su Destino Manifiesto en los asuntos de nuestra América Latina y tomando en cuenta que el fenómeno de lo global se encuentra entre nosotros y que no sólo pretende hegemonizar el pensamiento y uniformar las ideas con disfraces de progreso, sino también reestructurar el territorio, los estados latinoamericanos debemos encontrar estrategias para emprender una lucha limpia y transparente en resguardo de nuestro propio destino manifiesto: la conservación de nuestra identidad cultural en defensa de nuestras raíces, de nuestras costumbres, de nuestra historia, de nosotros mismos.

Parafraseando a Strauss: la civilización mundial (entiéndase como globalización) debe ser la coalición a escala de culturas que conserven cada una su originalidad; sin embargo la preservación de dicha originalidad y la identidad de las regiones ante la llegada de la globalización se relega día tras día a un terreno puramente semántico en el que la praxis es aplazada debido a un complejo entramado de intentos frustrados de libertad, de revoluciones dejadas a medio camino y sobre todo de terror a esa ‘mano negra’ corrupta, frívola y arrodillada que ha asesinado sueños y quebrantado esperanzas.

El destino manifiesto de las regiones no debe de ninguna manera estar en contra de la interculturalidad, porque “voluntaria e involuntariamente las culturas se cruzan, se combinan y generan un sincretismo cultural” viajando, estudiando, recorriendo el mundo a través de la lectura… el encuentro de culturas siempre se dará, no obstante este fenómeno debe presentarse como una desición voluntaria de intercambiar conocimiento, conocer nuevas y diversas formas de ver el mundo sin perder la esencia de lo que nos hace pertenecer a determinada región y no como una nueva imposición soterrada de las conocidas potencias del mundo.

Es decir, los habitantes de las regiones estamos en la obligación de conservar nuestra identidad aferrándonos a ella, a nuestro conocimiento, a los mitos, las leyendas, las historias de ficción que cuentan las abuelas (que en países como el nuestro siempre tienen algo de verdad) sobre fantasmas, sobre ánimas en pena y sobre amantes que no fueron felices y nunca comieron perdices.

Aferrarnos a nuestra comida típica, a nuestra industria textil que confecciona trajes coloridos al ritmo de tambores, cumbia y vallenato, armarnos de valor y defender hasta más no poder la industria nacional y cuando ese diluvio catastrófico de productos extranjeros a menor precio que se avecina haga su arribo acompañar cueste lo que costare a los productores regionales.

Sobre todas las cosas los habitantes de las regiones debemos hacer de esta lucha una causa común, la unidad debe ser la estrategia principal, por que si no enfrentamos los retos de la globalización todos como uno solo, perderemos, dejaremos de ser como estados (el término mismo de región en lugar del de país o nación ya significa mucho) por que los países en vía de desarrollo como los del cono sur, no veremos con la globalización las puertas de un edén de progreso y civilización sino el cumplimiento de más de una crónica que sobre el tema se han escrito, crónicas de una muerte, de una extinción anunciada, para usar el título de una de las novelas más afamadas de nuestro único premio novel de literatura quien ( como los demás escritores, artistas y críticos) cuando llegue la globalización con todo su esplendor, con toda su ruina y su desigualdad dejará de ser nuestro premio novel para convertirse en el de todos, en el de nadie.

A riesgo de sonar a discurso bolivariano la única forma de obtener las regiones su desarrollo integral, será con una alianza regional, una alianza no sólo en términos del necesario y vil metal, sino también de ideales, hacer una fuerza común para defendernos del imperio yankee e impedir que seamos uno más de la lista de su destino manifiesto. En este orden de ideas la Unión Europea debe ser un modelo de unión político- comercial entre países en igualdad de condiciones donde todos ponen, todos ganan.


Para finalizar esta breve disertación sobre el destino manifiesto de nuestra regiones frente al fenómeno de lo global, quiero plantear un cuestionamiento y dejarlo abierto para quien puede interesarse por ahondar en este peliagudo tema que nos compete a todos, pero que no todos abordamos: ¿ por qué razón debemos seguir los lineamientos económicos y políticos de una potencia inquisidora como EU, firmando tratados comerciales con ella cuando las evidencias dicen que ella se ha abstenido de firmar tratados y acuerdos con sus homónimas; por ejemplo el tratado de Kyoto o el Protocolo de Río o la Convención de Otawa? y ¿ por qué no tomar el ejemplo de países latinos como México que salió mal librado con la firma del TLC con Canadá Y EU, no será que aquel campesino de Chiapas al sureste de México tenía razón cuando dijo refiriéndose al NAFTA: estábamos mejor cuando estábamos peor?

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